febrero 01, 2012

Cuando el destino nos alcance.

Segundo post, y acá me meto de lleno con un tema preocupante: La explotación del ser humano y la destrucción del medio ambiente (del mundo en que vivimos y deberíamos respetar y cuidar) en nombre del progreso.


Hace unos días recibí un mail (Gracias Marisa!) acerca del COLTAN, sus usos y su explotación y me puse a investigar un poco.


¿Qué es el COLTAN? 
En principio, COLTAN es el acrónimo que surge de la combinación de los nombres de dos elementos químicos: Columbio (o Niobio) y Tantálio. Pero ¿qué tiene de particular el ColTan?
El coltán es fundamental para el desarrollo de nuevas tecnologías: telefonía móvil, fabricación de ordenadores, videojuegos, armas inteligentes, medicina (implantes), industria aeroespacial, levitación magnética, etcétera. Esto es debido a sus singulares propiedades, tales como superconductividad, carácter ultrarrefractario (minerales capaces de soportar temperaturas muy elevadas), ser un capacitor (almacena carga eléctrica temporal y la libera cuando se necesita), alta resistencia a la corrosión y a la alteración en general, que incluso le hacen idóneo como material privilegiado para su uso extraterrestre en la Estación Espacial Internacional y en futuras plataformas y bases espaciales.
Básicamente podemos decir que es muy importante para el desarrollo de tecnología orientada a dos ramas puntuales: Entretenimiento e Industria aeroespacial (y bélica).


A esta altura quien lea quizá se preguntará ¿A dónde quiere llegar con todo esto. Paciencia, vamos despacio.
Los principales productores mundiales son algunos países africanos como República Popular del Congo, Ruanda y Etiopía (además de Australia, Brasil, Canadá) aunque sus reservas base son prácticamente desconocidas para todos ellos. El valor del niobio consumido en 2006 fue de 118 millones de dólares americanos, y el de tántalo de 164 millones.
Su explotación en África ha estado, y está, ligada a conflictos bélicos para conseguir el control de este material, condiciones de explotación en régimen de semi-esclavitud, desastres medioambientales con gravísimas repercusiones en la fauna local de especies protegidas (gorilas, elefantes), e incluso a graves problemas de salud asociados con los arcaicos e infrahumanos métodos de explotación.
¿Les suena familiar todo esto? 
Conflictos bélicos (financiados de manera fantasma por las mismas corporaciones multinacionales que sacan provecho del material) explotación de seres humanos, contaminación y desastres ecológicos y ambientales. 
¿Y todo en nombre de qué? Ah, sí, el "progreso".


Ya sé: África está lejos y a mi no me afecta lo que pasa allá, como sea yo quiero todos los años un nuevo teléfono móvil, una tablet, un LCD de 420 pulgadas y todo lo que el dinero me permita comprar.


Yo no digo que esté mal tener artículos tecnológicos, pero me parece que se ha generado un mal hábito en muchos de cambiar de móvil o de TV casi como si fuesen pañuelos descartables.


Ok, me dejo de joder con África. 


¿Ustedes sabían que en el Noroeste de Argentina (Salta, Jujuy, Catamárca, La Rioja) bajo las grandes salinas, se encuentran grandes reservas de Litio? Bueno, ahora lo saben, y si no me creen, investiguen. Y sería bueno también que se informaran sobre los riesgos que implica la extracción del Litio que está bajo las salinas, en suelo argentino.


Ya sé: No hay tanta gente con trastorno bipolar y, además, existen otros fármacos para tratarlos. 
Pero el problema no son los bipolares ¿De que están hechas las nuevas baterías de teléfonos móviles, netbooks, tablets y pilas recargables? 


Sí, adivinaron: de Litio.


Pero... ¿y entonces?
Muy simple. Lo que hoy está pasando en la República Popular del Congo (es paradójico que siempre se pongan el título de "popular" cuando lo que menos hacen es gobernar para el pueblo) pronto va a pasar en el Noroeste argentino, sumado al problema que ya existe con los proyectos de minería a cielo abierto para extraer Oro, sin importarles que en el proceso van a envenenar el agua y el suelo sobre el que viven millones de personas (aunque no creo que sean tan tontos como para contaminar el agua, y creo que el asunto es mucho más complejo, pero esa es otra historia).


En el Congo, las migajas de los miles de de millones de dólares (siempre los verdes dando vueltas) que genera el comercio (tráfico?) de Coltan se las lleva un morocho simpaticón (siempre sale sonriente en las fotos ¿por qué será?) llamado Joseph Kabila Kabange mientras que, desde Ruanda, otro morocho de apellido muy particular (Paul Kagame) intenta "arruinarle" (no uso el verbo que iría bien con el apellido de Paul para no quedar como chabacano) el negocio, además de llevarse sus propias migajas.


En Argentina ¿quién se quedaría con las migajas de los miles de millones que generaría la extracción de Oro y Litio?
Si tu respuesta es "los habitantes de las regiones explotadas" me parece que la pifiaste feo. Pensá además que de mucho no les serviría, porqué difícilmente vayan a tener una vida muy larga.
¿Se te ocurrió otra respuesta?
Sí, me parece que pensaste lo mismo que yo, pero mejor dejémoslo ahí. No vaya a ser que nos acusen de terrorismo y les facilitemos la tarea.

enero 25, 2012

Porqué no voy a ver a Roger Waters.

No me considero fan de Roger Waters (porqué no me considero fan de nada) pero sí un gran admirador de su obra.
Gracias a Dios, cuando estuvo visitando Argentina en 2007 pude ver el gran show que brindó en el estadio de River: Un set excelente desde lo musical, lo visual y con un sonido impecable.
Cuando me enteré que volvía, con la gira en la que está presentando en vivo "The Wall" completo, me alegré y tuve el impulso inicial de comprar una entrada sin importar cuanto costara.
Ese impulso duró poco y, aunque agregaba fecha tras fecha, finalmente decidí no ir. En principio me desalentó el sistema de venta de entradas que (al igual que en 2007) privilegia la "venta corporativa" en la cual empresas de dudoso origen aprovechan para hacerse de las mejores ubicaciones, que luego revenden a través de conocidos sitios de venta online. La reventa de entradas está prohibida, sin embargo con la "venta corporativa" la empresa que comercializa los tickets del evento "blanquea" lo que luego se convierte en reventa.
Otro de los motivos que me quitaron ese impulso inicial fue el hecho de que miles de personas que, hasta un par de días antes de que comience la venta de entradas, a Waters lo conocían como "ese que se parece a Richard Gere" y el único tema de "The Wall" que conocían era "Another Brick In The Wall Part 2" (de hecho para muchos "eso" es The Wall) se dieron cuenta de pronto de lo "groso" que era Waters, y salieron corriendo a comprar su entrada esgrimiendo el argumento de que "es un show al que no podés dejar de ir".
En ese momento me surgieron varias preguntas: 
-¿Waters se volvió "groso" del día a la noche? 
-Cuando estuvo en Argentina en 2002 y 2007 ¿No era groso?
-¿Por qué este es un show al que "no podés dejar de ir" y el de 2002 con la gira "In The Flesh" no?
-¿Habrán escuchado "The Wall" completo (los dos discos) alguna vez?
No salí a hacer estas preguntas a la gente porqué iba a caer antipático, pero en mi interior conocía la mayoría de las respuestas.
Preferí entonces guardar en mi memoria el show de 2007 y perderme la oportunidad de ver "The Wall" en vivo, no sólo por lo que dije antes, sino porqué además, en los últimos shows (musicales y de teatro) a los que asistí vi una gran perdida de respeto por la obra, por el artista y, sobre todo, por el prójimo. 
Hablar o mandar mensajes con el celular en pleno show, sacar fotos con flash todo el tiempo o directamente ponerse a ver un video de cualquier otra cosa, sólo porque esa parte o esa canción no te gusta o no lo conocés, son situaciones cada vez más comunes.
Cuando voy a un show, voy a disfrutar de ese encuentro tan particular con el artista, voy a disfrutar de su obra y de la oportunidad de verlo realmente en vivo (y no en un show en DVD).
Si el show me gustó, y lo quiero gritar a los cuatro vientos de las redes sociales, cuando termina me conecto a  mi red social preferida y posteo. No lo hago durante el show, molestando a los demás con la luz de la pantalla de mi celular.
No entiendo y no voy a entender nunca esa necesidad de exhibicionismo que genera en algunos exponer su vida en las redes sociales de manera cuasi pornográfica...
En fin, y volviendo a Waters, como le decía el otro día a una amiga que dudaba si ir o no, yo prefiero guardar el recuerdo del gran show de 2007 y evitarme el mal trago de escuchar a alguien hablando por celular mientras Waters esté cantando "Don't Leave Me Now" y diciéndole a su interlocutor "...no, es que ahora está tocando un tema aburrido, re denso...".


Mr. Beaner